Los ácidos grasos omega 3 son un tipo especial de grasas poliinsaturadas que nuestro cuerpo no puede producir por sí mismo. Estos compuestos esenciales desempeñan funciones vitales, desde fortalecer las neuronas hasta regular procesos clave en el corazón, los pulmones y el sistema inmunológico.
El agua de mar destaca por su contenido en sales minerales como sodio, potasio, magnesio y calcio. Estos minerales son esenciales para la regulación de la presión arterial, el equilibrio ácido-base y el buen funcionamiento de los nervios y los músculos.